domingo, 15 de abril de 2012

Sonidos mañaneros

A veces pensamos; y en esas ocasiones sentimos.
Cuando miramos el pasado y recordamos todo aquello que ya no está y todo aquello que sigue estando.

"Tic, tac, tic, tac" - Hace el reloj de la cocina.
La vecina de al lado ha sido madre hace poco. El llanto de su bebé es aun muy irreflexivo y penetra en mi cabeza despertándome, se llama Nerea y es tierna como la miga blanca de un bollo recién horneado, huele a aceite de almendras y sus finos labios son dos pequeños pétalos de geranio, esparcidas sobre una piel de leche con canela.

Escucho... ¡El estornudo del señor Rafael! El vecino del segundo; su habitación, al igual que la mía da al patio de luces y cuando tiene la ventana de su habitación abierta... "¡Ajiú!" Lanza un corto estornudo, que me pone de los nervios.

Un grupo de golondrinas pasa por encima del bloque de pisos y... ¡Clin! Sonó el microondas, mi madre sacará en breves el tazón de mi padre, ese sobrio de color blanco y que solo se llena por la mitad de leche y la otra de café recién molido. 

"Tas, tas, tas, tas..." Mi perro corre por el pasillo y oigo sus uñas al rozar el parqué. 
Han llamado a la puerta y como buen perro guardián, ladra a todo desconocido hasta observar, que solo era mi padre que había venido de comprar el periódico y algunos dulces.

Son las 11h00. "Ñiiiii..." 
Mi madre abre la puerta de mi habitación, yo cierro los ojos.
- Sebastián, despierta, ya son las once.
- Ya estoy despierto desde las nueve y pico mamá.
A mi madre se le dibuja una sonrisa en la cara... Sube la persiana por la mitad y al salir deja la puerta encajada, dejándome tiempo para desperezarme en la intimidad.

2 comentarios:

  1. Mi niño es todo un escritor. ¡Magnífico relato! Prestando atención a los pequeños detalles de la realidad. Me ha encantado.

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  2. Está genial, Sebastián!! Iré leyendo el resto de los post...!

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